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3 nov 2022
• El trabajo, elaborado por un grupo de enfermeras de la CUN, fue premiado en el último congreso de la SEEIUC
Autoras del estudio premiado. De izquierda a derecha, Vanesa Salas, Elena Lizarazu, Rosana Goñi, Patricia Mateo y Maialen Eraso. Falta en la imagen Maite Mendívil.
Casi un tercio de las enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) que trabajan en unidades de cuidados intensivos sufren “burnout” o síndrome del profesional quemado y la realización personal aparece como el componente más afectado. Así lo concluye un estudio realizado por un grupo de enfermeras de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), que fue distinguido con el premio a la mejor comunicación oral en el XLVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (SEEIUC), celebrado en junio en Sevilla. Las autoras del trabajo son las enfermeras Vanesa Salas Bergüés (Área de Innovación), Elena Lizarazu Armendáriz, Maialen Eraso Pérez de Urabayen, Patricia Mateo Manrique, Maite Mendívil Pérez y Rosana Goñi Viguria (Unidad de Cuidados Intensivos) El estudio, titulado “Niveles de burnout y de exposición a conflicto ético de los profesionales de enfermería de cuidados intensivos”, parte de que dichos profesionales presentan “un alto riesgo de desarrollar respuestas emocionales negativas, así como problemas emocionales y espirituales relacionados con cuestiones éticas. Esto puede traducirse en sensación de ansiedad, depresión, desilusión, deseo de abandono, desinterés y disminución de la satisfacción laboral por parte de estos profesionales, haciendo aparentemente visible el desarrollo del síndrome de burnout y la exposición al conflicto ético. Ambas situaciones contribuyen a una atención inadecuada, influyen en la prevalencia de las negligencias, en el número de complicaciones en la atención, en una menor seguridad para los pacientes y puede llevar a que las enfermeras abandonen su trabajo”, explican las autoras del trabajo. En este sentido, apuntan que el conocimiento de las características del burnout y del conflicto ético determinan el diseño de estrategias efectivas que disminuyan el impacto de estos fenómenos.
Los resultados del trabajo -un estudio descriptivo, correlacional, transversal y observacional en una UCI de un hospital universitario de nivel terciario- señalan que el 31,10% de las enfermeras y TCAE presentaron signos de burnout y el 14,90% consideró que trabaja en un entorno desfavorable. Por otra parte, el 87,20% mostró un índice medio-alto de exposición a conflicto ético. El estudio indica que el nivel educativo y la categoría profesional influyeron en el nivel de burnout, al presentar las auxiliares mayores niveles. Sin embargo, no se aprecian diferencias estadísticamente significativas al comparar el nivel de burnout con el entorno y el índice de conflicto ético. Así, la comunicación premiada concluye que casi una tercera parte de los profesionales experimenta el síndrome del profesional quemado y que este hecho afecta principalmente en la realización personal. Por otra parte, conclusiones como el nivel medio-alto de exposición a conflicto ético y la percepción del entorno “sugieren que las estrategias para disminuir el impacto de estos fenómenos deberían centrarse en modificar los factores de riesgo individuales”.
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